Fotografías: Clara Carrasco
No se pudo resistir. Era difícil decir que no a la propuesta que le hicieron cuando se es una mujer apasionada de la estética del mundo del toro. Exponer su obra en ‘Gilda’, la antigua casa de la Dinastía Litri en la calle Rico de Huelva. Ahora también es lugar de encuentro, conversación y eventos que hasta el día 28 de agosto acoge entre ‘Alamares y Silencios’, muestra de Pinturas Taurinas comisariada por José Luis Cera.
Y desde luego si hay una pintora idónea para mostrarlo es Carmen Gómez Orta. “El sitio me parece encantador y la historia que tiene de su anterior dueño… cuando me lo propusieron me dije, vamos a ello, vamos al toro”.

Tal vez la culpa fue de su padre, un gran aficionado a los toros que normalizó llevarla a la plaza desde muy pequeña. Ahí se fijaba en cada detalle con los ojos curiosos de niña. Conoce y disfruta cada momento de la Fiesta Nacional.
Cuando están en capilla, los traje de luces, el patio de cuadrillas, los capotes, los estoques, el caballo, el triunfo y la soledad de una mala tarde.
“De pequeña, lo primero que me llamó la atención fueron los capotes y el traje de luces, que siguen aquí vigentes. Me apasiona”.

‘Entre alamares y silencios’
“No todo el mundo sabe apreciar el arte ni el esfuerzo que requiere el arte. Intentar transmitir las emociones que sientes, que has captado. Los cuadros los hago normalmente sobre fotos que yo realizo. Fotografío los instantes que me apetece pintar. Luego lo interpreto a mi manera con los colores de las sensaciones que me han transmitido. Mezclo la realidad de la foto con las emociones, que es lo que realmente mueve la vida. Con la pintura vas a tu ritmo, la cámara son momentos que hay que interpretar”.


El Litri y El Rocío
Para la exposición ha añadido dos cuadros. Uno sobre Miguel Báez Espuny ‘Litri’, que ejerce de anfitrión en una de las salas de la Casa-Palacio donde vivió, y otro sobre la Virgen del Rocío con el que “he querido poner como un pequeño santuario como el que tienen los toreros cuando están en capilla, un momento de interiorización”.
El cuadro del Litri Padre está basado en una foto que ha adquirido en la Peña Taurina del Litri. «Era en blanco y negro y la he transformado en colores. Es un homenaje al exponerse en su antigua casa, también un homenaje a su toreo”.

Soledad
“Me estaban hablando hace un momento de ‘Soledad’, un autorretrato con el quiero reflejar no sólo mi soledad sino también la del torero, cuando no ha tenido una buena tarde y se mete en la habitación solo, derrotado. El momento que supera si al día siguiente torea en otra plaza con sensaciones distintas. Es la soledad del artista, cuando el esfuerzo no tiene los resultados que esperas. Ya no es el cansancio, es la derrota psicológica”.
‘Soledad’ es uno de sus autorretratos basados en una foto hecha en una antigua casa palacio casi derruida de Olhao, en Portugal. “Me vestí de torera porque quería saber qué sensaciones se tenía. Adquieres como más firmeza y más valentía. Échame lo que quieras que puedo con ello. Te vistes y lanzas un desafío a la vida. En la plaza de toros está el sol y la sombra, la vida y la muerte, están presentes los dos».
Pura Raza
“Los caballos son unos seres súper inteligentes, me encantan, me fascinan, y además en el rejoneo, parece que saben el movimiento que tienen que hacer en cada momento. Son impresionantes”.

Pasión por los detalles
Brazos, montera y piernas de la cuadrilla de Fandiño en el Patio de la Plaza de Toros de la Merced, las zapatillas y las medias de los toreros, el momento de la rectitud y la serenidad en la cita al toro…
“Me encanta pintar los detalles, el traje de luces. Lo que me gusta de la tauromaquia es la estética, por eso pinto tantos trajes y detalles. En cada lentejuela se refleja el sol y transmite un color distinto en cada momento. Refleja la luz de cada instante de la tarde”.

Toreros
“Hay toreros que sé que rara vez me van a defraudar y son los que más me gustan”. Manolete, Juan Belmonte, Antonio Ordóñez o Manzanares forman parte de esta exposición. “También he pintado a Morante, los que me gustaba pintar los he pintado”.
No todos los pintores se atreven a hacen retratos. “Para mí el retrato es un paisaje humano. Cada retrato y cada persona me transmite vivencias, sensaciones, para mí es un desafío total. Intento no buscar el alma, que es muy complicado, sino a la persona detrás del retrato. Intento ser lo más fiel posible a sus rasgos pero a la vez buscar la esencia de la persona. No me quedo en lo superficial”.
“El Manolete lo hice de forma cubista, me apeteció buscarle todavía más trasfondo. Me gusta la comunicación que se forma entre el toro y el torero. La inteligencia al final domina al toro, es un animal muy noble, me encanta el toro”.
Antonio Ordoñez está dentro de una serie de toreros míticos en los que destaca a Juan Belmonte “uno de los toreros que más innovó en el mundo del toro”.
“Imagina que tienen que estar todo el tiempo de la corrida pendiente a cualquier detalle porque te puede costar la vida. Eso es lo que hace grande al torero. Impresiona estar en el burladero al lado del toro de lidia. La valentía y el arrojo que tienen los toreros. No es cualquier cosa templar a ese toro y llevarlo por donde tú quieres”.

Otro estilo
Además de los temas taurinos refleja en sus lienzos otros muchos temas. “Me gustan los retratos, pinto mucho a la mujer porque creo que hay que hacerla más visible en esta sociedad. Pinto de todo, unos girasoles de muerte. Todos los años voy al campo y me autorregalo una docena de girasoles. Este año he hecho composiciones que van a salir muy originales”.


Un buen número de amigos, pintores, periodistas y amantes del mundo del toro se citaron en ‘Gilda’ el día de la inauguración de la exposición. Siempre es un buen momento para una conversación sobre la tauromaquia y el arte. Esas conversaciones que se pueden prolongar durante horas. Cualquier tema es bueno si se tiene la sensibilidad, el gusto estético y la formación para afrontarlo.



Y el futuro…
“Ya veremos cuando salga la saga nueva. Pienso seguir en este mundo, que es complicado. Algunos colegas me dicen ¡estás loca! por pintar el mundo de la tauromaquia pero es que para mí hay momentos en el toreo que me han transportado a otro universo, han sido pocas veces, pero me han hecho vibrar, volar…”.

Hasta el 28 de agosto tienen tiempo para acercarse a Gilda y buscar esas sensaciones entre alamares y silencios.