Fotografía: Clara Carrasco
Sin cantante en el escenario, emergió de algún sitio del Gran Teatro la voz de Mon Domínguez cantando Dulce Razón. El público cerró los ojos y se transportó diez años atrás, cuando Oxígeno, el álbum de Visión Sonora, marcó una época en la música onubense.

Apareció andando entre las butacas como el que vuelve de un largo viaje para recordar que, aunque ellos ahora mismo no estén en los conciertos que recorren la ciudad, su música sigue ahí, su legado permanece.
Hace diez años se hacía en Huelva música como ésta, música que reconocía a una generación. Una música onubense en el más amplio sentido de la palabra. Con letras que nos cuentan historias de aquí, que transmiten cómo aquellos jóvenes vivían lo que les iba sucediendo a su alrededor y cómo lo expresaban, una forma de expresión onubense que no debe perderse.

“Podíamos haber puesto el CD y luego cantar las que no son del disco”, reconocía entre bromas Mon Domínguez con la naturalidad marcada de esta tierra, porque lo cierto es que cantaron por orden todo el disco. Dulce Razón, Viernes al Sol, Pronunciar amor más veces que Maná, Año Zero, Sonido Bacuta, Olvídate de Mí, Campeón del Mundo, Luces de Alborada, Respirar, Corta Atalaya, Georgina on my Mind y Octubre.
De eso se trataba, de que sus fans, su público, se pusiera de nuevo el cd que a lo mejor estaba olvidado en un lugar de la casa y reviviera aquellas canciones, aunque mucho mejor claro, con la música en directo. “Es una excusa para disfrutar de todos vosotros, es un momento muy especial para nosotros por volvernos a juntar y rememorar este disco tan maravilloso”.

Con el espíritu de esa fidelidad llegó el segundo tema, Viernes al sol, para el que salió al escenario la única colaboración de la noche, Cristina Domínguez, que fue la que la cantó en su momento, convirtiéndose en una de las imágenes de la noche, no sólo por la calidad de la canción, sino por lo especial que supone cada reencuentro, por lo que transmiten aquellos que recuerdan lo especial que fue lo vivido.
“Empezamos con el Grunch a finales de los 90. A principios de 2000 grabamos la primera demo que se llamaba A pesar de todo, que la pagó el hermano de Manolo (uno de los componentes de la banda). Dedicar este tema a todas las personas que han estado en Visión Sonora, que nos han echado un cable.




Los componentes actuales de Visión Sonora, o al menos los que decidieron reunirse, son, además de Mom Domíngez (Voz), Manuel Vargas (guitarra), Ángel (bajo), Enrique (batería) y Manolo León (piano).
En cada una de sus canciones se perciben influencias de los grupos que les gustan, como les gusta cambiar el ritmo de un tema en medio de una canción, como les sale de forma natural el aire de la música andaluza que recuerda a Triana, base de la nueva música que nació en Andalucía y que décadas más tarde sigue marcando el camino.

“Nosotros estábamos en El Portil y éramos los pesaos de la guitarra y en algún sitio teníamos que acabar y al final montamos un grupo. Escuchábamos a Maná, y decidí hacer un tema que diga más veces amor que Maná”. Y así es como llegaba el tercer tema del disco.
Las canciones seguían saliendo sobre el escenario con anécdotas de sus composiciones, con dedicatorias a los que estaban en el concierto, con sus detalles especiales como el fandango ‘Aunque me voy no me voy’ al estilo Visión Sonora, con las llamadas de atención de sus hijos entre el público, porque los diez años también han pasado en ese sentido… y desde luego entregándose en una noche que nunca olvidarán.
“Respirar, a pleno pulmón. Soy Mon Domínguez y esta noche me estoy dejando la voz para todos vosotros”.

Hubo algo más que Oxígeno, el concierto también recogió otros temas de su trayectoria como El primer día del resto de nuestra vida, Réquiem, Canción para Miguel, Origen…
Tal vez, ese tiempo y esa música sólo exista ya en la memoria de los que lo vivieron, cuando acabábamos de ganar un Mundial de fútbol, cuando Maná estaba muy de moda y cuando las vivencias no se hacían a través de una pantalla de móvil.
Pero cuando muchas personas se vuelven a reunir en un mismo lugar para recordar lo que ocurrió hace diez años, es que mereció la pena.




