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Un paseo cerca de lo eterno

Fotografías: Romero Crea

Como la gira que está llevando a cabo este verano el cantaor Paco Candela, así fue ayer el recorrido que hizo la música desde La Orden hasta La Merced, y desde La Merced a La Orden.

Había una gran expectación en este último barrio por volver a vivir aquellos días en los que se sienten protagonistas de la ciudad, en los que todos los onubenses vuelven sus ojos a lo que hay más allá del Conquero.

Miles de personas no dejaron un espacio libre para demostrar que sigue viva la llama de la Virgen de la Cinta y sus fiestas, y para ver, lo más cerca que pudieron, a una de las voces flamencas que se ha abierto camino en el panorama musical con el paso de los años.

Paco Candela rememoró con su personal estilo aquellas canciones fundamentales, eternas, que ha ido cosiendo a lo largo de una trayectoria que comenzó cuando tenía sólo 7 años. Después de 15 discos de estudio e infinidad de conciertos en cualquier rincón de España, homenajea a aquellos artistas que considera indispensables; Rocío Jurado, Raphael, Los Chichos…

La Orden y los amantes del flamenco en Huelva disfrutaron, y disfrutaron mucho con el cantaor sevillano.

La noche junto al Santuario de La Cinta la cerró ‘Tito André’, la versión musical del conocido Andrés Pérez Parra que no defraudó hasta bien entrada la noche a sus incondicionales con su personal estilo, fusión de su tierra y de la que está cruzando el océano.

La música también era protagonista allá donde se encuentra en estos días la Virgen Chiquita, para la que tuvo un recuerdo hasta la propia cantante de ‘Los Columpios Asesinos’.

Fotografías: Clara Carrasco

La banda navarra, uno de los referentes del Indie y Punk en España, mostraba que hay otra forma de vivir La Cinta, lejos del mundo del caballo y del Flamenco. Fue la clásica noche de septiembre en la Plaza de La Merced que es capaz de asimilar como nadie la música más vanguardista, los sonidos oscuros y las letras provocadoras de ‘El Columpio Asesino’ con su ponche, su barra clásica de la Hermandad de los Judíos y los vendedores de almendras tostadas que ofrecían su producto mientras movían la pierna siguiendo el ritmo punk de los columpios.

“Para ser un martes esto está bastante bien”, observaba la cantante indie ante un público entregado a una diversión que no había hecho más que empezar.

La fiesta siguió con Óscar Fuego. Y vaya fiesta.

El DJ y showman onubense no sólo no defraudó a los fieles seguidores que tenía en primera fila con los que interactuaba continuamente, sino que supuso un descubrimiento para los muchos que se habían acercado en peregrinación a La Merced sabiendo que allí habría música y diversión en la que, como en cualquier fiesta popular que se precie, se mezcla con naturalidad aquellos incondicionales del artista con familias que junto a niños muy pequeños disfrutan de las actuaciones musicales que en Huelva, y a principios de septiembre, llevan el nombre de La Cinta.