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Señoras Sociedad Anónima

Fotografía: Clara Carrasco

Una vez al mes se reúnen en torno a un libro, en un salón con una chimenea, café y algo más. En una casa antigua. Cierran la puerta y se aíslan del mundo para volver a conectarse con la vida, con las personas. Generan un espacio de seguridad, de confianza, de confort. Y el tiempo pasa entre confidencias, letras y emociones.

Ahora mismo son doce mujeres las que conforman este recién creado club de lectura y han querido llamarse a ellas mismas Señoras Sociedad Anónima, “Nos sentimos un poco logia, la resistencia”, confiesa Ariadna (único nombre que daremos), impulsora de esta idea.

“Siempre ha estado la inquietud de que hay que hacer más, hay que darse más. Yo tengo la idea pero esto no es mío. A mi alrededor tenía muchas mujeres espléndidas y maravillosas que no se conocían y me repetía, hay que hacer algo con esto, tengo que conectar a todas estas señoras”.

“Llevaba muchos años dándole vueltas y fue un libro el que me dio la clave”. Martes con mi viejo profesor de Mitch Albom.

EL LIBRO

Es con el que han iniciado este mes su Club de Lectura. Un libro en el que se cuenta la historia de un alumno y su profesor 20 años después de que dejara de ser su pupilo. Se entera por los medios de comunicación de que se está muriendo de ELA y va a verlo después de mucho tiempo de desconexión. A partir de ahí quedan todos los martes para hablar de un tema. La muerte, la familia… va a ser su último legado, su último pensamiento. El saber que va a morir lo convierte en productivo y la enfermedad lo transforma de la mejor forma posible, volviéndose vitalista. Una de sus mayores enseñanzas es que se cree una comunidad. Y así empiezan ellas.

MUJERES

“Había mucha inquietud por reunirse, por saber, por hablar. El primer día hemos estado tres horas y media… Se habla de literatura, de la vida, de experiencias, de vivencias. Hay muchas reflexiones. Buscamos evasión, confidencia, compartir, aumentar tu conocimiento cultural. Nadie se quería mover. Fue un descanso para todas. Salimos cargadas de energía”.

Ariadna, como el resto de sus compañeras, necesita recuperar espacios de conocimiento con lenguajes de mujer.

“Estuvimos pensando al principio si hacerlo mixto o sólo de mujeres y la consecuencia fue algo natural. Yo observaba que se estaban perdiendo esos espacios que había antiguamente en los que las mujeres se encontraban y se transmitían conocimientos, vivencias, recuerdos, su sabiduría de mujer a mujer. El tomar el fresco en la acera para hablar de sus cosas, con lo que es una vida recorrida”.

“Teníamos una necesidad muy fuerte de volver a encontrarnos todas juntas en espacios de protección en el que pudiéramos hablar de cosas que nos inquietaban desde la visión femenina porque consideramos que la visión masculina está rodeándonos constantemente en muchísimos aspectos. Queríamos generar un espacio donde la mirada fuera sólo desde la mujer hacia la mujer”.

Y así nació el club con mujeres de todas las edades, desde los 18 hasta los 73. Todas las generaciones estén representadas.

EL SISTEMA

Lo tienen todo organizado, como no podía ser de otra forma. Nadie tiene el protagonismo. Ariadna asume la coordinación pero es totalmente democrático. Cada mes, una de ellas presenta un libro. Son elegidos por trimestres, con antelación, para que dé tiempo a leerlos. No hay una norma en cuanto a la elección, sólo libros que les sugieran, que les conecten y quieran compartir. No hay un género o un autor predeterminado. Incluso pueden ser capítulos sueltos. La persona que propone el libro lleva la sesión, las preguntas, las reflexiones…

“Esto es un proceso y está bien que sea así. Hemos decidido poner unas reglas de funcionamiento, un ideario, de dónde partimos y cómo vamos a funcionar. Darle una estructura para no perdernos en lo íntimo, no es la alternativa al psicólogo. El objetivo es cultural pero también compartir vivencias”, explica Ariadna.

Y se organizan bien y sacan tiempo para leer. “Como somos todas lectoras, está en nuestros hábitos. Nuestra agenda es nuestro trabajo, llevar a los niños al cole, la compra… y leer, llevamos años haciéndolo”, señala Ariadna que asegura que desde que se ha puesto en marcha el Club de Lectura se lee de otra manera. “Ha sido la primera vez que me he sentido acompañada porque sabía que todas estabais leyendo el mismo libro que yo. Os tenía a todas conmigo leyendo, es una sensación muy bonita”, se confesaba en la tertulia.

 

SELECCIÓN

No todo el mundo entra en el club. Ariadna ha sido el primer nexo de unión de ellas para poner la primera piedra. “Queremos personas que sean lectoras, que les guste leer, que tengan inquietudes por compartir, que sean respetuosas y que nos parezca que les pueda gustar el club. El resto de mujeres lo aprueba, hasta ahora hemos estado de acuerdo, sin problemas. Somos 12 y queremos dejar un margen hasta 15 pero la idea es que seamos las que somos. Queremos consolidar, que nos conozcamos”.

 

EL AMBIENTE

“Hay que agradecérselo a Gilda. Nosotras ponemos la materia prima que somos nosotras mismas y ellos ponen el ambiente. Fue absolutamente espectacular cómo nos recibieron. Cuando abrimos esa sala con la chimenea y vimos las mesas puestas, de madera, todo muy bien cuidado, no se nos puede cuidar mejor, un agradecimiento enorme por cómo nos han acogido desde un principio. Daba por hecho que no iba a ser posible y que no íbamos a poder asumirlo y fíjate, ha sido todo lo contrario”.

 

FUTURO

Quieren hacer un icono, un logotipo, generar una identidad. Quieren hacer charlas y formación. Quieren traer a ponentes y abrirse a otras influencias. Quieren recoger el contenido de los encuentros en actas para que sirva de base a los nuevos miembros que se incorporen. Quieren tener referentes, darle forma a algo que existió hace tiempo y que ahora se ha recuperado.

“¡Ojalá nos copien! Hay que generar nuevos espacios que repliquen a los antiguos, a ese mundo de las conversaciones de acera al atardecer que se ha perdido en la vida moderna. En Huelva hay esos espacios, no hay excusas para hablar de la vida”.

FINAL

“Lo que más necesitamos a día de hoy es contacto. El club de lectura es una forma de romper la sensación de estar conectados pero sin cercanía. Queremos generar un espacio donde te obligues a estar en contacto con otra persona, romper la pantalla. Sentir con el otro, percibir la energía que se genera en estos espacios”.

“Necesitas saber que no estás sola”.