Texto: Juan F. Caballero / Fotografía: Rafa del Barrio
Para conformar Rabino ha hecho falta un largo tiempo, porque hasta ahora, este aracenense que escuchaba música a todas horas en los años 80 y que ahorró su paga para comprarse una guitarra acústica, se dedicaba a tocar en bares y plazas de pueblo con un estilo propio y jovial que le han valido un buen puñado de seguidores y amigos.
Pero un día, en la historia de Rabino se cruzó Fernando Bazán. Ese Rabino tan divertido, tan de calle, le metió sintetizadores a su música, grabó temas en los estudios de Lydian Road y consiguió una banda que acompañara a sus temas poperos y pegadizos, este nuevo Rabino actúa este jueves a las 21.00 horas en el Gran Teatro y ya no se siente un niño bobalicón que hace reír a los suyos. Se siente un músico que, sin renunciar a su estilo original, el ‘paveopop’, sabe que su cita en el escenario onubense es una oportunidad para dar un salto en su carrera como autor y vocalista. Tenía las herramientas, solo le faltaba una banda.


Para su gran estreno llevan seis nuevas canciones recién grabadas en estudio y que interpretará por primera vez: ‘La pareja ideal’; ‘Silencio; ‘La cita de Bram Stoker’ (basado en un First Dates en el bar 1900, según comenta); ‘El himno de los perdedores’; ‘Voy a hablar de mi’ y el que amenaza con ser su próximo gran éxito, ‘Dos guarrinos’ la historia de dos cerdos en pareja que vive plácidamente en el campo y que podemos ser cualquiera de nosotros. El vídeo acaba de ver la luz en Youtube:
No faltarán los grandes éxitos callejeros que le han llevado en su camino hacia el Gran Teatro, como ‘Barrio Obrero’, ‘Superpipa’ y sobre todo el himno de la calle Rábida, ‘Mi heroína’, la canción homenaje a la triple campeona del mundo de bádminton Carolina Marín que todos le obligan a cantar cuando lo ven acompañado de una guitarra. “No sé a ciencia cierta si Carolina Marín la habrá llegado a escuchar, pero más que una canción es un acto de justicia, afirma”. Su hit sonará como una de las últimas del concierto, haciendo esperar a sus fans, un pequeño grupo de incondicionales onubenses que se sabe sus canciones al dedillo.
Rafa Pérez (así se llama en realidad Rabino) se encuentra muy ilusionado con esta propuesta y también algo nervioso, ya que tras su fachada de bromista empedernido hay un profesional de la música que quiere triunfar. Le ayudarán en su puesta en escena, Fernando Bazán con sintetizador y guitarra (y alma mater del giro de Rabino), Caye Carrasco en el bajo, A. J. Blues en la Guitarra y Lito Mánez en la batería.

Ensayan en un pequeño local del Polígono Polirrosa, un cuchitril de apenas diez metros cuadrados donde se han puesto en forma para su gran oportunidad. Inician el ensayo con una de sus nuevas canciones, ‘La pareja ideal’: “Me gusta que seas tan golfa/ me gusta que seas feliz/ me gustan todas las cosas que hay en ti”… En efecto, este Rabino 2.0 no traiciona sus raíces, el ‘Paveopop’, un estilo que tiene sus propios componentes musicales (prohibidos los punteos de guitarra) y sobre todo unas letras dirigidas a un público “que nunca ha dejado del todo la edad del pavo y hay nicho de mercado” afirma Rafa Pérez. Y es que ante todo, su música es popera y jovial, muy pegadiza, una inyección de ‘buenrollismo’ para alegrar un mal día.
Otra de las canciones que estrenan también se deja oír en el ensayo. ‘Silencio’, (una canción que empezó a componer en su cabeza tras ver un episodio de ‘Juego de Tronos’) tiene una de esas frases que sentencia: “No quiero una pandilla de gente ganadora/ estamos por encima de esas cosas” y sonará más o menos así este jueves:
Pero para llegar a Rabino hicieron falta muchos Rafas Pérez. Primero como melómano empedernido. Sus comienzos se empezaron a dosificar en una serie de conciertos estivales, ‘Aracena en concierto’ que organizaba el ayuntamiento serrano cada verano y en el que un joven Rafa Pérez participaba con su grupo de versiones poperas, los ‘Moito Obrigados’. Esa etapa de efervescencia juvenil le llevó por el camino de la música “en aquella época tener una guitarra en Aracena, era como tener un caballo en Almonte, todo el mundo quería la suya” pero él no abandonó ese camino jamás. Luego vino la facultad de Filología, la creación de una editorial (su verdadero trabajo está tras los libros de la Editorial Niebla) y una búsqueda incesante de nuevos proyectos haciendo valer su mente inquieta… pero incluso en esa etapa no dejó la música.
Su nuevo grupo, ya instalado en Huelva, se llamó ‘Rafa y los Përez’ famosos por regalar guitarras hinchables traídas de China por Amazon para que su caterva de incondicionales viviera la experiencia tocando acordes invisibles. Fueron noches de tocar en la caseta municipal de Colombinas, o en el ‘Rock in Isla’ y donde la gran capacidad para imaginar canciones con una vena hilarante se fraguó para siempre.

Esa pequeña banda terminó por quebrarse, y Rafa Pérez inició su carrera en solitario como Rabino (el nombre surgió tras darse de bruces literalmente con el antiguo muro de Renfe y empezar a rezar como si del Muro de la Lamentaciones se tratase). De su nuevo e icónico sombrero surgieron nuevos temas, a cada cual más atractivo, terminó de definir el ‘paveopop’ como estilo musical onubense (el nombre llegó a estar en Wikipedia durante meses hasta que un desalmado borró la referencia de Internet) y pulió sus maneras con conciertos sorpresas en el Bar 1900, acordes en las terrazas de la calle Rábida, y con su versión de ‘Resistiré’ durante la pandemia. Luego llegó Fernando Bazán y cambio una historia que empieza su mejor capitulo en el Gran Teatro.
“En el concierto lo vamos a pasar muy bien, pero quiero que sea un concierto, no un show” la época de subir a sus amigos al escenario o de gritar “buenas noches, Punta Umbría” cuando tocaba en Isla Cristina, forman parte ya de otro Rafa Pérez, que no abandona sin embargo su espíritu de hacer reír. Para la promoción del concierto ha utilizado a personajes como Pedro Sánchez, Chenoa, Santiago Abascal o Belén Esteban con fotos retocadas con Photoshop que ha colgado en su muro de Facebook, fiel a su estilo.
Ahora Rabino toca en un teatro y vende entradas a 10 euros, y espera que este primer idilio con su banda sea solo el comienzo de una gira.




De Aracena a Huelva, de bares a teatros, la canción de Rabino se ha escrito entre acordes cargados de lucidez e ironía. Los ‘rabiners’ (tiene grupo de Whatsapp para seguir sus evoluciones) ya esperan ansiosos este nuevo comienzo.