Fotografías: Clara Carrasco
Coque Malla, Angelus Apatrida y Cenizas del Edén tienen mucho más en común de lo que, a simple vista, pueda parecer. Musicalmente puede que poco. Pop ochentero con tintes de rock frente a Heavy Metal. Pero los tres tienen vidas en lo que casi todo gira en torno a la música. Es la música como forma de vida. Cada uno a su estilo.
Con 15 años ya era el líder de Los Ronaldos. Comienzos de los 80. Imprescindible en nuestra memoria colectiva de aquellos que marcaron el cambio musical español.


Lo primero que se escuchó ayer en el Recinto Colombino fue ‘Space Oddity’ de David Bowie, publicada el mismo año que nació Coque Malla (1969), un guiño sin duda a su último Álbum, ‘El Astronauta Gigante’ (2021). Y Coque acudió a la llamada de Bowie.
“Buenas noches Huelva. Mi nombre es Coque Malla, bienvenidos”.

Tras sus primeras canciones, el cantante recordó su vínculo con Huelva. Su actuación en el Gran Teatro, la última vez que tocó en la capital hasta ayer, y su relación con Man o Matic, responsable de la portada de su disco ‘¿Revolución?’. “Creo que hay un mural con mi cara en algún polígono de Huelva”.
Coque Malla trajo a Huelva un concierto intimista, personal, lleno de detalles. Sus nuevas canciones, una versión lenta de ‘No hay manera’, también de ‘Berlín’ de su disco ‘Mujeres’ que fue grabada junto a Leonor Watling, incluso algunos textos mezclados en canciones.
La última media hora fue para Los Ronaldos. Entre bromas de que sólo cantaría una, acabó ofreciendo a su público ‘Adiós Papá’, ‘Guárdalo con Amor’, ‘Por las noches’…



Era medianoche.
La hora en la que la carroza debe convertirse en calabaza.

Angelus Apatrida también es un grupo hecho a sí mismo, como Coque Malla. Esta banda de Albacete formada en el año 2000 consiguió siete años después y tras dos discos autoeditados llamar la atención de un sello musical alemán. Son referencia en los países centroeuropeos. Ayer llegaron a Huelva por primera vez.
Pasaba media hora de la medianoche cuando un logo ensangrentado de Ángelus Apatrida y el primer sonido metálico convocaba a su legión.


Son uno de los mejores directos de heavy que hay ahora mismo en España. No dan tregua desde el primer segundo. Comunicación instantánea con un público entregado que conoce los códigos.
“Somos de Albacete, venimos de Suiza, es nuestra primera vez en Huelva y lo vamos a hacer a lo grande”.



Como prometieron, hicieron un repaso a su discografía a lo que unieron canciones de su último álbum ‘Angelus Apatrida’. Los punteos imposibles a un ritmo trepidante se intercalaban con sus presentaciones y el diálogo con su público llegado desde muchos puntos de la geografía española.
“Angelus Apatrida fue número uno en ventas el pasado año en España, ¡Sí, un grupo de Heavy Metal! ¡Y también hemos salido en La Resistencia!


Ni que decir tiene que todo el público que había comulgado con Angelus Apatrida se giró y siguió vibrando, saltando, gritando y alucinando con Cenizas del Edén.

El grupo de heavy onubense mantuvo un gran nivel tras “Nuestros papás Angelus Apatrida, para todos los pelúos de Huelva aquí reunidos”.
Una banda que suena muy bien, un grupo hecho con una fórmula consolidada que responde a las expectativas de su público entendido. Porque de heavy sabía bastante el público que se citó anoche en el Recinto Colombino.




Al igual que sus predecesores, en Cenizas del Edén llevan también una vida marcada por la música. Su tesón los ha hecho mantenerse en un mercado difícil con una música que no es mayoritaria. Estuvieron disfrutando de Angelus Apatrida y luego demostraron que ellos también saben meter intensidad y conectar con su público.
“Manos arriba y palmas, pero no por rumbas ni por sevillanas ni nada de eso, ésta es la noche heavy de Huelva”. Unas horas dedicadas a un público que cada vez tiene menos ocasiones de grandes conciertos. En las Colombinas tuvieron su noche.



La música une y respeta. Anoche fue la prueba de la convivencia de estilos opuestos, de públicos diferentes pero unidos por una forma de vida.
