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La felicidad de volver

Fotografía: Rafa del Barrio

Tres momentos, de las tres protagonistas de una gran gala inaugural, marcaron la puesta de largo de la 48 edición del Festival de Huelva de Cine Iberoamericano.

El agradecimiento de la onubense Mara Barros por poder abrir y cerrar la noche dejando tres grandes interpretaciones sobre las tablas de la Casa Colón. La voz emocionada de Greta Fernández tras escuchar las palabras de su padre en pantalla, Eduard, sintiéndose “afortunada” al recoger su Premio Luz. Y el grito de una impagable Silvia Abril tras tres años de pandemia, volcán y guerra. ¡Dejarnos vivir!

 

Salió al escenario vestida como Miguel Bosé en Tacones Lejanos para interpretar Yo quiero ser una chica Almodóvar de Joaquín Sabina ante la mirada de Luis Buñuel desde el cartel de este año. Una Mara Barros sugerente, como el cine del director manchego, como las letras del cantautor jiennense, encandiló al público, acompañada de la música ligera de la Banda Sinfónica Municipal de Huelva, versionada para la ocasión.

 

Y apareció ella. Desde el primer momento se hizo con el ritmo de la gala, sacó sonrisas, arrancó aplausos, generó complicidades. Con Mara Barros con la explicación de su traje. Con el director de la Banda y sus implicados bailes. Con un espectador que llegó tarde y besó a su pareja. Buscando entre el público al guionista de estos tres últimos años…

Después de menciones y agradecimientos preceptivos llegó el momento de presentar lo que ofrece el festival de este año de la mano de Mireia Oriol y Paula Malia. El jurado oficial formado por la actriz española María Esteve, la realizadora dominicana Desiree Reyes y el periodista chileno Sergio Correa. Y una segunda interpretación musical con La llorona.

 

Mientras Silvia Abril seguía intentando ajustar las cuentas con el guionista de estos tres años que nos dejó sin vida, a la par que recordaba al público que han vuelto las fiestas al Festival y aconsejaba que “lo que pasa en las fiestas se queda en las fiestas”, llegó el momento de la entrada de Lolita.

 

Oficialmente venía a introducir el Premio Luz de Greta Fernández, pero entre la naturalidad con la que Lolita habla con el público, mezclada con Silvia Abril, todo podía pasar.

Antes de hablar del premio, comentó su relación con Huelva. Recordó que su madre y su hija ya habían estado por el Festival, que ella no pero que está muy vinculada a esta tierra porque su abuelo era de Bollullos del Condado, como Pedro Carrasco… al que al final, entre todos, acordamos que el sitio que le vio nacer fue El Alosno. Un gran mestizaje catalán-andaluz.

Y al rato siguieron con el guion. A pesar de que no llega a la treintena, la trayectoria de Greta Fernández es larga y envidiable. Un minuto relatando largometrajes en los que ha participado, directores y premios acabó por ‘indignar’ a las dos. “Yo le daba un sopapo”, proponía Abril. “¡Qué coraje hija!”, exclamaba Lolita.

 

Dos discursos ausentes y presentes. El de Eduard Fernández, espectacular y trabajado a través de un vídeo grabado presentando como padre y actor a la galardonada. Y el de Fernando León de Aranoa, a través de Mara Barros y su teléfono.

Greta ya quería ser una chica Almodóvar. Lolita se despedía. Silvia Abril no perdía oportunidad de bailar cada vez que tocaba la banda y Mara Barros nos regalaba una última actuación, Cerrado por motivos personales. Y así concluyó la gala para dar paso al documental Sintiéndolo Mucho, trece años siguiendo a Joaquín Sabina, por Fernando León de Aranoa.

 

Varias horas antes de que finalizara la gala, el Festival ya había empezado en la calle, con el público volviendo a acudir a la entrada de la Casa Colón, para pedir fotos y saludar a los más famosos. Y verlos posar.