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Jazz en las venas

Fotografía: Clara Carrasco

 

Casi seis décadas de música americana en forma de guitarra llegaron ayer al Gran Teatro onubense donde, si cerrabas los ojos, podías imaginarte a Ray Charles, Miles Davis, John Lennon. En sus melodías, en los acompañamientos de guitarra, en sus creaciones. 60 años de música en las manos de John Scofield.

Solo en el escenario, sin apenas hablar español. Con un pedal y dos bafles. Y un círculo de luz a su alrededor. La propuesta era sencilla. Quitar todos los artificios para sumergirse en cada nota de su guitarra, para dejarte llevar a esos sonidos negros que cambiaron la música norteamericana en la segunda mitad del pasado siglo XX.

A sus 71 años, John Scofield sigue recorriendo los escenarios de medio mundo llevando ese legado de Jazz, de Blues urbano, de Rythm and Blues, de Soul, de Rock and Roll. Una música que comenzó a conocer a los 12 años y que tres más tarde, a los 15, terminó de convencerlo para dedicarle la vida a ella.

 

Scofield es de otra época, de aquellos años de bandas de músicos, más que de música, y voces prodigiosas, llenaban los clubes entre humo y alcohol. Música que era una experiencia de vida, una forma de vivir.

Sus canciones empiezan tranquilas, llevándote poco a poco a su melodía para ir subiendo el ritmo al final de las mismas. El público se fue dejando llevar tranquilamente hasta sumergirse en su mundo. Nos es fácil en la vida actual dejarlo todo atrás y dedicarse durante más de una hora sólo a escuchar las notas de una guitarra, sin artificios, sin llamadas de atención, sin entretenimientos.

Scofield hizo un pequeño regalo al público onubense. Una canción original que por primera vez se tocaba en un escenario y el lugar elegido fue Huelva. Público entendido, del mundo de la música, que apreció la dificultad de lo que hace el guitarrista norteamericano, con esa facilidad para mezclar los ritmos en sus dedos.

Su primer disco en solitario llamó la atención del mismísimo Miles Davis que, como a todos los miembros de su banda, extrajo el potencial de Scofield, lo perfeccionó, lo maduró y le hizo ver caminos de la música que desconocía hasta entonces. Tres años de graduación a raíz de los cuales siguió su propio camino con una fructífera producción en las décadas de los 80’s y 90’s.

Ya no quedan muchos de su generación. Tampoco quedan apenas esas formas de vida. Dentro de poco ya no será posible verlos en directo, ni en pequeños clubes llenos de humo y alcohol en los que la música lo envuelve todo y el alma se llena de Blues, Jazz y Soul corriendo por las venas de los artistas.