Saltar al contenido
Home » Noticias » De Víctor a Konestilo

De Víctor a Konestilo

“Desde chiquitito siempre me gustó pintar, esculpir, hacía cosas con plastilina, mi madre me apuntó a clases de pintura. Me llevaban cartones de los supermercados y allí pintaba con mis témperas y mis acuarelas, siempre me gustó. Un año, sobre el 2000, mientras yo veraneaba en Punta Umbría, un buen amigo mío llevó un bote de spray. Fuimos a un callejón escondido y ahí tuve la primera sensación al ver cómo salía la pintura, nos quedamos en shock. Y esto encima era ilegal…”

Fotografías: Clara Carrasco

Veinte años después, Víctor, al que ya muchos llaman Konestilo, ha realizado trabajos para Marvel, Amazon, Coca-Cola, Toyota… Lo llevaron a Roma tras pintar un mono con una corona de espinas, se reúne con Manuel Carrasco al que también ha pintado, ha salido en revistas internacionales con su pintura de unas manos negras sosteniendo unas mascarillas y cientos de anécdotas y trabajos que, en muchas ocasiones, sólo duran unos años, son efímeros.

 “Cuando estás acostumbrado a pintar en la calle, sabes que tus trabajos pueden durar o no, hay cosas que se caen con el tiempo, me gusta que mi obra vaya envejeciendo con la ciudad, tu trabajo sigue ahí aunque la pared se esté cayendo. Me dicen que lo retoque y eso no entra en mi cabeza, la obra cuando está terminada pues está terminada”.

Que la casualidad te coja trabajando. Una tarde, siete años después de haber cogido un spray por primera vez, fue a un callejón detrás del Funcadia, con una enorme pared y muy poco tránsito. Un lugar ideal. “Alguien pasó por allí, por el callejón y le gustó lo que hacíamos y nos propuso que pintáramos en una cafetería. ¿Por qué no? A partir de ahí comencé a pensar que se podía vivir de esto”.

Se formó en diseño gráfico y decoración de interiores y hace unos ocho años decidió dedicarse por completo al Street Art. “No me va mal, tengo la suerte de dedicarme a lo que me gusta pero a la vez es una maldición porque la pintura ya no supone una desconexión. Ahora desconecto con la música”.

El MONO CON CORONA DE ESPINAS

El camino del arte suele ser inescrutable, como los designios divinos. Su intención era pintar solamente un animal, un mono, quería pintar un simio porque le recordaba la evolución y lo hizo en una pared abandonada por el Huerto Paco. Entonces llegó una chica evangélica y le empezó a preguntar. Le criticó esa teoría porque ella venía de Dios y le dijo que tenía que rezar más.

“Entonces yo le planté una corona de espinas. La que se montó. Que si estaba diciendo que Jesucristo era un mono… la idea que yo quise transmitir era que todas las criaturas son de Dios, era la redención del animal hacia el humano, como símbolo de sufrimiento del animal…”.

“Me llamaron de Roma”.

Eran marchantes de arte que se llevaron las manos a la cabeza. Le dijeron que allí eso sería Surrealismo. Y así fue como acabó yendo a Roma a pintar en un recinto para artistas. “Les hice una loba con una corona de espina terminada en laurel y quedaron super encantados. Me llevé un tiempo haciendo coronas de espina a los animales… pero esa etapa acabó y he seguido otro camino”.

LA MASCARILLA

Otro mural que ha marcado el camino de Konestilo ha sido el de unas manos negras sosteniendo una mascarillas. Lo empezó a hacer, evidentemente, después del confinamiento.

“Cuando terminó el confinamiento y volvimos a salir a la calle hice un mural muy crítico. Pinté unas manos negras con una mascarilla, como si las cogiese como un títere. Salió en todos los diarios nacionales y hasta en una portada de una revista belga. Hay gente que me pide que borre el mural, que le recuerda malos momentos, pero no se puede borrar, es historia, es un momento y un pensamiento crítico mío que ahí sigue, deteriorándose con el tiempo y envejeciendo con la ciudad, ya forma parte de ella”.

UNA NUEVA GENERACIÓN

Algo se está moviendo en Huelva. Desde hace un tiempo artistas, fotógrafos, escritores, pintores o músicos han empezado a interrelacionarse, a colaborar entre ellos. Están ofreciendo una visión de Huelva distinta pero sin renegar de sus raíces, sólo que con otra forma de expresión.

“Es muy importante que la gente joven, que es la que se está moviendo en este mundo artístico, se unan y hagan cosas juntas. He notado de un tiempo para acá que se hacen más colaboraciones en Huelva y eso en el mundo del arte es muy importante porque al final te retroalimentas de todo. La visión que tenga un fotógrafo del color, de la luz, de la imagen, me aporta muchísimo, la forma de colocarse… a la hora de componer una imagen, cuando se encuentran dos mundos distintos, dos ramas del arte, es mucho más fácil la influencia entre sí”.

“Lo de las redes sociales es una pasada, nada más que poder ver trabajos de otras personas. Antes tenía que comprar revistas fuera de Huelva porque aquí no las había, no había apenas Internet cuando empecé a pintar. Ahora la gente aprende más rápido a hacerlo todo, hay vídeos, hay tutoriales”.

“Trabajar aquí en Huelva es algo muy familiar. Hay veces que no es que te corte las alas pero te limita en muchas cosas. Por mi flujo de trabajo tengo que pedir material fuera, no hay todo lo que necesita un artista. Es complicado”.

“Cuando la gente me ve hacer lo que hago piensa en el Grafiti pero ahora hago Arte Urbano que es otra cosa. Pintar en la calle es un delito, nació en la calle pero ya no, el Street Art ya es diferente.  En Huelva tengo la suerte de que llevo mucho tiempo en la calle, vengo del mundo del grafiti y respetan mi trabajo, en otras ciudades pintan por encima de los murales”.

PERSONAJES

Nunca le había gustado hacer retratos pero llegó el momento en que su mente le pidió hacer otra cosa, captar la esencia de alguien con colores distintos. “Me gustó. ¿Por qué no voy a hacer un homenaje a personas que me llenan, que me gustan, que en mi forma de pensar se lo merecen?”.

“El fin de semana pasado pinté al Penumbra en Isla Cristina, me apetecía hacerlo en un ambiente de cultura urbana y qué más cultura urbana que El Penumbra, un tío que se ha criado en la calle, que ha llegado a donde ha querido, ha hecho lo que le ha dado la gana”.

LA CIUDAD

“Todo tiene que respirar. Una ciudad entera pintada de grafiti estaría todo colapsado”.

Al contrario de lo que algunos pudieran suponer, la intención de Victor y de otros como él no es llenarlo todo de Art Street, debe haber una armonía. “Hay sitios puntuales, barrios diferenciados, zonas en el Centro, sitios degradados que se utilizaran para que la gente pruebe”.

“Cuando tengo la oportunidad de hablarlo con alguien de la administración se lo comento. El Parque Alonso Sánchez es una pena, yo dejaría el interior del parque para hacer un pasillo del arte, dejando que la gente se exprese. Se puede hacer un evento de grafiti nacional en las medianeras de La Orden que no tienen ventanas, que sea un sitio de referencia”.

“Me gusta que todo tenga un poco de sentido, que esté ligado a algo, que tenga armonía con el espacio, con el mensaje o con los colores, creo que el grafiti es algo que conecta, conecta personas, barrios, es una herramienta de expresión muy potente aunque es muy difícil”.

“Es bonito que la gente interactúe con el mural. Cuando pinto, voy dos días después a ver la reacción de la gente, si se gira, si le gusta”.

EL FINAL

Víctor ha conseguido ganarse la vida siendo Konestilo. Ahora trabaja para particulares, con murales para empresas, pintando en las persianas de entrada de los negocios, en interiores, en el salón de tu casa, la terraza, piscinas… y para grandes marcas. “Cuando ves que una empresa como El Corte Inglés, recia, arraigada, con principios pero que siempre ha estado a la vanguardia, empieza a hacer arte urbano, grafiti, cuidado, aquí se está moviendo algo”.

De mayor se ve pintando mucho. Quiere seguir viviendo de esto, ayudando a las generaciones que vengan, seguir pintando en su ciudad y propiciando que vengan de fuera para que dejen aquí sus obras. “Una ciudad en la que sólo haya un artista es una ciudad pobre, por muy grande que sea el artista”.

“Tengo una niña chica que me gustaría que pintase o que le gustara este mundo. Yo se lo voy a intentar inculcar pero ella ya quiere pintar como papá”.

Y se le ilumina la cara.