Fotografías: Clara Carrasco
¿Cómo expresar con la danza, la música o la fotografía la vulnerabilidad? ¿Cómo transmitir a través del arte que todos somos vulnerables y las consecuencias de ser vulnerados?
Ésa es la propuesta que ayer ofreció el Otoño Cultural Iberoamericano (OCIB) que trajo a Huelva una parte de un proyecto mayor, un idea surgida de las dos orillas del Atlántico que pone el acento en la transmisión de una realidad con nuevas formas de expresión.


El proyecto ‘Vulnerables / Vulnerados’ cobró vida en la remodelada Casa Colón con la exposición fotográfica de Juan Manuel Castro Prieto ‘Perú. Viaje al sol’ y el estreno del vídeo ‘Reconstruyendo’ protagonizado por los bailarines Ornella Vitale y Miguel Ángel Aragonés con la música creada ex profeso por Eustaquio Álvarez.


Sandra Olivero, encargada general del proyecto del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH), presentó la idea y a sus autores. La idea es reconstruir con distintas miradas y formas de expresión “estas problemáticas, la vulnerabilidad, la segregación de indígenas, afrodescendientes, mujeres, niños, campesinos, migrantes… unas vulnerabilidades que han generado discriminación históricamente, es esa realidad la que venimos repensando y reformulando. Nuestro mensaje es que la segregación existe y puede ser extrapolada a cualquier lugar. Hay que saber combatirlo desde el arte y la cultura con espacios de encuentro, diálogo y comunicación. Este proyecto es una suma de voluntades”.

Ornella Vitale y Miguel Ángel Aragonés son dos jóvenes bailarines de 17 y 18 años que aceptaron el reto, a través de su forma de expresión hecha arte, de crear una coreografía sobre la vulnerabilidad. Sensibilizando para sensibilizar. Su idea tuvo dos registros, la primera en directo, en una performance.

La segunda a través de un vídeo que se estrenó en Huelva y que bajo el nombre de ‘Reconstruyendo’ ha sido producido por Acceptus, representada ayer por Rocío Reyes, que calificó de “regalo y reto” el trabajo encargado para “concienciar sobre las diferencias sociales, la lucha de los que lo tienen difícil y su esperanza”. La música creada para la ocasión por el compositor Eustaquio Álvarez, redondeó la primera parte del acto.

La colaboración cristalizada estos años entre la Fundación de la Caja Rural del Sur y las distintas administraciones ha hecho posible que la Casa Colón acoja en estos momentos tres exposiciones del OCIB y que un remodelado patio fuera el escenario de una presentación diferente, cuidada y participativa. Un espacio convertido en patio cubierto que, como señaló el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Huelva, Daniel Mantero, “se estrena con este formato junto a las también remodeladas y renombradas salas Río Tinto y Río Odiel para convertirse en espacio de encuentro y conocimiento”.


Jaime de Vicente, uno de los creadores y alma mater del OCIB, destacó que todo esto es posible por la “colaboración de esfuerzos e ilusiones que han conseguido unas magníficas instalaciones que contribuyen con dos nuevas salas expositivas en Huelva, un refuerzo muy importante para la ciudad, con dos salas que abrazan España e Iberoamérica. Tener tres exposiciones en la Casa Colón es un lujo impresionante que nos permite poner de relieve los grandes valores de la cultura de Huelva y de Iberoamérica. Fusión de cultura, con música y una parte visual”.


‘Perú. Viaje al sol’
“Todos son miradas que no hubo que forzarlas. Encuentro del fotógrafo con el fotografiado. Es una dualidad de la vulnerabilidad y el orgullo”.
Así definía Rafael Avilés del Pino, comisario de la exposición, la selección fotográfica de Juan Manuel Castro Prieto que hasta el 9 de octubre se puede ver en la Sala Río Odiel de la Casa Colón de Huelva.




Las imágenes son una selección de la colección de Castro Crespo que “buscaba su sueño iberoamericano, en su profundidad, además de reflejar la vulnerabilidad, mostraba el orgullo por vivir apegado a la tierra, que es lo que nos enseñan los habitantes de la América Latina profunda”.




“Me he ido enamorando de esta exposición conforme ha ido cogiendo forma. Los protagonistas de las fotografías no son más vulnerables que nosotros por estar alejados de la globalización, son personas orgullosas, felices y con problemas”.
“No son fotografías hechas deprisa. Son viajes a finales de los años noventa, viajes pausados en la mirada. Cada fotografía tenía que merecer la pena, la fotografía no se disparaba, se tomaba prestada de la realidad”.




Castro Prieto visitará la exposición a finales de septiembre. Será otra oportunidad de ver la vulnerabilidad con sus ojos.