Fotografía: Clara Carrasco
Tejado Rosa, Paisaje Verde, Eucalipto Azul, Paisaje Azul, Casa Naranja, Árbol Amarillo, Verde Turquesa, Azul Prusia, Paisaje Naranja. Juan José Gómez de la Torre ve la vida en colores. En infinidad de colores. En tres dimensiones, con una profundidad cromática a la que muy pocos pueden llegar. Es plenamente consciente de El poder del color, el que puede cambiar la vida.

La sala de exposiciones del Centro Cultural ‘José Luis García Palacios’ de la Fundación Caja Rural del Sur en Huelva, en la calle Mora Claros, acoge hasta el próximo 22 de marzo esta colección del pintor malagueño, doctor en Bellas Artes y profesor titular de Dibujo de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, que nos regala colores en una veintena de cuadros realizados en los último 20 años en distinto soportes (tela, cartón y madera) y diferentes dimensiones, con el nexo común del procedimiento pictórico al óleo.

La responsable de los Centros Culturales de la Caja Rural del Sur, María Luisa García-Palacios, fue la anfitriona en una presentación que contó con dos invitados de lujo, el pintor Alfonso Aramburu, y el escultor Alberto Germán Franco, confesos admiradores de la obra de Gómez de la Torre.

García-Palacios resaltó la apuesta dentro de la responsabilidad social de la Fundación de la Caja Rural del Sur por traer a sus centros de Huelva, Sevilla y Córdoba artistas de la talla de Gómez de la Torre, en una exposición de la que aseguró que “te atrapa” con sus colores, uno colores que “empoderan” desde la pintura.
Alfonso Aramburu reconoció que “me he quedado admirado, es la mayor capacidad de colores que he visto en mi vida en un cuadro. Me encanta. Es capaz de pintar con todos los colores, infinidad de rojos, de verdes, es increíble su capacidad de haber absorbido todos esos datos y plasmarlos en un lienzo”.


La obra de Gómez de la Torre recorre toda la gama de colores posibles e imposibles. Sin renunciar a la figuración, sobre todo en los dos lienzos representativos de barcos, deambula en el límite de la abstracción, a veces jugando sólo con el color, a veces dejando que los colores acaben formando formas, paisajes, naturalezas, construcciones.

Es ahí donde Alberto Germán Franco resalta su “pintura luminosa” realizada por “una persona seria y parca en palabras que, sin embargo, hace una pintura generosa. No son cuadros impresionistas, son cuadros de impresión en los que Gómez de la Torre dibuja con la espátula, con el pincel, con la brocha, con las manos…no hay nada al azar, todo tiene perspectiva, se puede hasta caminar por los paisajes.


El mundo de Gómez de la Torre es el color. “Me cuesta muchísimo hablar, mi medio, donde me siento a gusto, es rodeado de botes de óleo con todo lo que conlleva esta forma de vida que es la pintura”.
